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martes, 5 de noviembre de 2013

Schwarzkopf: GLISS Dry Shampoo

Creo que la constancia no es lo mío y como prueba, la asiduidad con la que me acuerdo de actualizar el blog... no tiene precio. 

La semana pasada se me terminó el champú de Schwarzkopf -me va a dar algo si tengo que escribir muchas veces el nombre de la marca y ni siquiera sé si ahora lo he hecho bien... xD- GLISS Dry Shampoo o para que nos entendamos, su champú en seco y tenía ganas de escribir un poco sobre él, mi opinión y las impresiones que he tenido mientras lo usaba.

Tengo que reconocer que hasta que vi en la TV el anuncio del que comercializa Garnier, nunca me había parado a pensar en este tipo de productos y me entró el gusanillo de probar. Ya de antemano una se imagina que no es oro todo lo que reluce y que evidentemente no va a ser un producto milagroso o te va quedar el pelo como a la chica de la tele -no se lo creen ni ellos- pero quizás podría hacer un apañito si vas con poco tiempo o simplemente, en mi caso, ayudar a que el segundo día después de lavado la raíz no tenga ya aspecto mustio y algo graso. 

Mi opinión va a ser bastante negativa y como experiencia personal yo no lo recomiendo en absoluto. No hablo en general de este tipo de champús porque solo he probado este pero vamos, casi que ni a mi peor enemigo. Creo que es un gasto absurdo de dinero, el pelo no te lo agradece para nada y además con el olor horrible que tiene, más de una podría salir intoxicada del baño.

Aquí está, el desgraciado xD

Todas las veces que lo usé tenía el pelo bastante limpio, con un día de lavado. Es decir, no estaba perfecto pero tampoco necesitaba pasar por la ducha de forma urgente. La raíz un poco brillante y pegada, lo justo para dudar entre llevar el pelo suelto o hacerme un recogido rapidito. Pero bueno, por partes:
  • Su formato es en spray y la textura estilo laca. Se aplica por mechones y a una distancia de 20cm agitando muy bien el bote antes y durante el proceso. Después se masajea con una toalla y se cepilla para eliminar los restos. 
  • La primera vez obedecí usándolo a la distancia recomendada y después de cepillarlo a base de bien, fui incapaz de eliminar los restos, quedándome una capa blanquecina por toda la cabeza. Visto el percal, en las siguientes pruebas fui aumentado la distancia por si acaso no había calculado bien y en todas me fue imposible eliminar el "polvito blanco". Como ya he comentado, el olor que deja en el ambiente es bastante malo y por supuesto, el del pelo es el mismo. Horrible.
  • El resultado fue pésimo, no solo por los restos sino también por la reacción de mi pelo. Lo aplicaba de la raíz a la mitad del mechón aproximadamente -tengo las puntas secas por los tintes, mechas y demás- y aún así, mi pelo "sano" quedaba con una textura tan estropajosa que me era casi imposible peinarme estando igualmente graso tanto a la vista como al tacto.
  • Si se tiene gran cantidad de pelo -en mi caso liso y fino, pero muchísimo- no dura nada. Y si se le suma la relación calidad/precio -en torno a los 4€- no hay más que hablar.

Quizás -y solo quizás- la única aplicación que le veo es si vas a recogerte el pelo igualmente y tienes la suerte de que no te deje residuos, pero aún así, creo que no merece la pena.

¿Volvería a comprarlo? Rotundamente no